Hoy en día la factura de la luz se ha convertido en motivo de preocupación y estrés. En el 2021 el precio de la electricidad ha alcanzado cifras récord en el país debido a diversos factores que afectan a los costes de generación y comercialización. A raíz de ese incremento, se hace necesario pensar en cómo ahorrar energía y buscar alternativas para reducir el impacto en el bolsillo.
Repasamos las causas del aumento de precios, así como algunas acciones sencillas que pueden ayudarte a disminuir tu consumo eléctrico y alternativas sostenibles y útiles para obtener energía.
Por qué ha subido el precio de la energía eléctrica
Según una reciente publicación del Banco de España, las tarifas actuales de electricidad se relacionan con los precios del gas, combustible empleado por las centrales eléctricas. Otro factor determinante es el incremento en los costes de los derechos de emisión de CO2, con un impacto menor, pero igualmente relevante.
Una gran parte del importe de tu factura proviene del impuesto que deben pagar las industrias que emplean combustibles fósiles. Dichas industrias generan niveles elevados de CO2, según los criterios del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea, que busca disminuir la producción de gases de efecto invernadero.
El organismo regulador asigna un volumen permitido de emisión gratuita, que de no ser suficiente debe complementarse con la compra de más derechos. La industria eléctrica, que genera altos niveles de gases contaminantes, tiene que pagar más, lo que repercute en el precio final.
Por su parte, el gas ha tenido un incremento importante en el mercado internacional. Entre las razones está la reactivación económica, pues las industrias que tuvieron que parar sus actividades por causa de la pandemia comienzan a encender motores. La llegada de los meses fríos también influye, ya que aumenta la demanda comercial y doméstica por el uso de la calefacción.
Algunas medidas para ahorrar energía en casa
Si consumes menos, pagas menos. Esta lógica tan simple siempre debe estar presente a la hora de pensar cómo ahorrar energía eléctrica. Sin embargo, a veces cuesta encontrar la manera de hacerlo y es normal pensar que ya has recortado todo lo posible. Por eso, hemos recogido ocho medidas simples, pero eficaces, que pueden marcar la diferencia.
1. Usa solo lo que de verdad necesitas
Parece obvio, pero muchas veces lo pasamos por alto. Tener la televisión o el ordenador encendidos mientras usas el móvil, por ejemplo, es algo muy común. Considera que este comportamiento puede representar más de la mitad de lo que consumes diariamente y asegúrate de apagar los aparatos que no estés utilizando.
2. Evita el consumo fantasma
Muchos artefactos eléctricos como cafeteras, microondas, decodificadores, televisores e incluso el router, siguen consumiendo energía aunque estén apagados. Es la razón por la que desenchufarlos debe ser una prioridad, en especial al salir de casa o por las noches, cuando seguramente nadie los va a utilizar.
3. Reemplaza las bombillas convencionales
Las bombillas de bajo consumo serán tus mejores aliadas. No solo requieren entre cinco y siete veces menos voltaje que las tradicionales, sino que además tienen una mayor vida útil, lo que redunda en más ahorro.
4. Aprovecha la luz natural
La iluminación representa buena parte de la factura de electricidad, por lo que aunque tengas focos de bajo consumo, lo mejor será sacarle partido a la luz del día. Abre las ventanas, sube las persianas y asegúrate de realizar las actividades que requieren claridad cuando todavía no se ha puesto el sol.
5. Ajusta el termostato de forma razonable
En los días de verano, la temperatura del aire acondicionado puede estar en 24°C, mientras que durante la temporada fría una calefacción cercana a 20°C será suficiente. Compleméntalo con el uso de ropa adecuada y evita ese grado por arriba o por abajo que se reflejará a fin de mes.
6. Reduce la temperatura del calentador
A veces cuesta encontrar cómo ahorrar energía en invierno, pero la hora del baño puede ser clave. Los 60 °C que suelen tener por defecto los calentadores no solo son elevados para el uso humano, sino que abultan la factura. Por eso es mejor ajustar el equipo de 35 °C a 40 °C, pues así tus baños seguirán siendo cálidos, pero sin consumir tanta electricidad.
7. Usa la lavadora de forma eficiente
Es preferible que acumules la ropa sucia y laves cuando tengas una carga completa que hacerlo todos los días con pocas prendas. Procura también usar agua fría y configurar ciclos cortos de lavado.
8. Apóyate en la tecnología
Cada vez son más las aplicaciones que ayudan a tener un consumo inteligente. La mayoría te indica el precio actualizado del kilovatio, cuándo es el mejor momento para usar los electrodomésticos de mayor consumo e incluso simulan el escenario de tu hogar con los aparatos conectados. A partir de ahí, reflejan dónde se genera el mayor gasto, con lo que podrás tomar mejores decisiones sobre el uso de la electricidad.
Otras alternativas para ahorrar energía
El uso de alternativas sostenibles para la producción de electricidad gana cada vez más terreno como método de ahorro. Y es que no solo permiten disfrutar de energía eléctrica continua, sino que también ayudan a disminuir las emisiones contaminantes que tanto daño causan al medio ambiente. Aunque hay muchas opciones, podemos destacar:
- Generadores solares: se componen de placas que aprovechan la luz del sol para producir energía que luego es almacenada en baterías de diversa capacidad. Estos generadores pueden ser autónomos, por lo que no dependen de la red eléctrica tradicionaly solo implican gastos de adquisición y mantenimiento.
- Aerogeneradores:aprovechan la energía mecánica del viento para convertirla en electricidad. Son una buena alternativa para proveer a lugares con corrientes constantes de aire.
La electricidad es una necesidad en la vida de todos, pero es esencial aprender a utilizarla de manera responsable. Plantearnos cómo ahorrar energía y perseguir la disminución consciente del consumo eléctrico se ha vuelto algo tan cotidiano como importante, con un impacto que va más allá de lo económico. Por suerte, con acciones conscientes puestas en práctica de forma global, es posible reducir la huella ecológica y movernos hacia un futuro más sostenible.
